Seguramente has visto imágenes de las
auroras boreales o australes (ver Figura 1). Estas
aparecen en latitudes geográficas cercanas a los
polos norte y sur magnéticos de la Tierra,
respectivamente, y su origen se debe a la
interacción del viento solar con la atmósfera terrestre.
Si los iones que componen al viento solar alcanzan la Tierra, pueden
ser dirigidos hacia los polos de su campo
magnético y a lo largo de sus
líneas de campo. Al llegar a la atmósfera
interactúan con los átomos de oxígeno y
nitrógeno, que entonces emiten fotones que
nosotros percibimos como luz de diferentes
colores. La interacción con el oxígeno produce
luz verde y roja, mientras que la interacción
con el nitrógeno emite luz azul y púrpura.
Las auroras han sido detectadas también en otros planetas del Sistema
Solar, por ejemplo, en Júpiter y en Saturno, ya
que estos cuentan, tanto con una atmósfera y
también con un campo magnético. La pregunta es
¿si el Sol posee ambos, entonces podría haber auroras en la atmósfera solar?
El Sol posee un campo magnético que cambia su forma durante el ciclo
de actividad solar de 11 años. Un indicador de
este ciclo son las manchas solares, es decir, regiones con
campos magnéticos sumamente intensos que parecen
oscuras en comparación con el resto del disco
solar.
Durante los mínimos solares hay periodos
sin manchas solares y durante los máximos de actividad solar aparecen muchas de ellas. Los campos magnéticos de las manchas se extienden hasta la capa más
externa de la atmósfera solar, llamada
corona. Allí, el plasma atrapado en estos campos
tiene una temperatura muy alta, por lo que emite en
el ultravioleta extremo (EUV). Por ejemplo, en las
imágenes del Sol tomadas en estas longitudes de
onda aparecen áreas brillantes llamadas las 'Regiones Activas' (ver
Figuras 2 y 3). Tanto las manchas como las regiones activas son
lugares de alta actividad magnética. En estas últimas, a menudo
se producen ráfagas solares que son fenómenos muy energéticos en los que
los campos magnéticos aceleran a las partículas que componen al plasma
solar (Figura 3).
Recientemente, un equipo de investigadores del New Jersey Institute of
Technology en Estados Unidos detectó un fenómeno, poco conocido, asociado a las manchas solares y a las regiones activas. Se trata de emisiones en longitudes de onda de radio que ocurren en la atmósfera solar y que se parecen a las auroras planetarias (Figura 4).
Estos científicos concluyeron que estas emisiones ocurrieron debido a
una fuerte recurrencia de ráfagas asociadas a las manchas solares de
larga duración y las explican diciendo que en sus líneas de campo
magnético había electrones energéticos atrapados que emitían onsas de
radio de alta frecuencia y micro ondas a través del mecanismo
conocido como emisión 'máser de ciclotón-electrón' (o ECM, por sus siglas en inglés).
Las auroras solares son un nuevo fenómeno detectado en el Sol. Es importante que las conozcamos para poder comprender mejor otros fenómenos que ocurren en la atmósfera solar, como las ráfagas. En un futuro este descubrimiento también nos permitiría entender mejor emisiones similares provenientes de otras estrellas en la galaxia.
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